Novela ajedrez Zweig

Esta novela escrita en 1941 fue la última que creó Zweig poco antes de suicidarse junto a su esposa. Un viaje en barco desde New York a Buenos Aires es el contexto donde se desarrolla la trama y el autor expone el ajedrez como vehículo para contar lo que verdaderamente le interesa: el daño y dolor psicológico hecho a las víctimas del nazismo.

«Pero no olvide que yo había sido arrancado violentamente del mundo de la normalidad. Era un recluso sin culpa, sometido desde hacía meses al martirio refinado de la soledad».

Página 69

La historia abre con un personaje que quiere conocer de primera mano al campeón del mundo de ajedrez que casualmente se encuentra a bordo, se trata de Czentovic, un chico joven torpe para las demás áreas de la vida, pero con un talento innato para este juego. Este personaje busca algún engaño para acercarse al introvertido Czentovic. Él planea una partida con su esposa para llamar su atención, pero no lo consigue. Así es como despierta el interés de otro pasajero y consiguen concertar una partida multitudinaria de varios pasajeros que saben del juego. Al final juegan todos contra el campeón Czentovic. En este momento, entre el público surge la figura de un desconocido señor B, que se convertirá en un correoso rival para Czentovic.

En el libro se hacen reflexiones interesantes sobre la dedicación a un solo saber o arte, como este caso el ajedrez. No hay que dejarse engañar por el título y aunque se trate de ajedrez a lo largo de sus escasas cien páginas, en realidad, el propósito del autor es una clara denuncia de las torturas vividas por las víctimas de la Gestapo como comentábamos anteriormente.

» Cuánto más se limita uno, más se acerca por otro lado al infinito»

Página 15

El paso del tiempo ha hecho que la sociedad recuerde con más vivacidad las atrocidades de los campos de concentración por su componente más físico. Sin embargo, esta novela quiere incidir más en ese espectro de tortura psicológica y de experimentos monstruosos llevados a cabo por el nazismo con total alevosía y de los que quizás no se traten tanto. 

En resumen, una obra con dos vertientes que confluyen en un solo punto: la reivindicación del ajedrez como juego intelectual y el duelo de dos intelectos forjados por distintas circunstancias. Obra genial del maestro Zweig.


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