Kanikosen. El Pesquero, de Takiji Kobayashi, fue publicado por primera vez en 1929. Pese a desarrollarse en el contexto de la sociedad japonesa de los años 20 del pasado siglo, cada cierto tiempo resurge la popularidad de esta novela debido a los temas que trata. Kanikosen puede leerse como una crítica social al capitalismo y, de hecho, es su gran apuesta, pero también resalta el valor de la unión de los personajes que hace la fuerza de grupo, el abuso de poder, los derechos de los trabajadores y sobre todo el despertar de conciencia de clase.

La historia se desarrolla en un mismo espacio, en el Hakuko Maru, un barco cangrejero en el que variados trabajadores (estudiantes, pescadores, marineros y fogoneros) junto a un patrón déspota (Asakawa) que ejerce el poder sobre ellos con maltrato psicológico y físico, navegan las aguas de Kamchatka. El barco se convierte así en territorio de esclavitud y horror para nuestros protagonistas. Diversas son las voces de los trabajadores que se alzan y hablan durante la travesía, estamos ante una novela coral, en la que sin embargo, cada voz cuenta y suma para denunciar la situación en la que se hayan inmersos. Las condiciones laborales son pésimas, casi inexistentes, es pura explotación. En un primer momento, los personajes las sobrellevan como buenamente pueden, pero cuando ya no importa vivir o morir es cuando se produce el quiebre en la novela. En el momento que despiertan como conciencia colectiva de verse atrapados en una vida de sufrimiento en el barco abocado a una muerte prematura y son conscientes de que este esfuerzo resulta inútil, pues seguirán siendo pobres, es cuando se produce la ruptura. En la seguridad de su camarote, patrón, capitán y algún otro cargo, viven con tranquilidad y lujo, e incluso, por encima de ellos los propietarios de la compañía se hacen ricos a costa de su sudor y sangre. La rebelión a bordo del cangrejero es la única salida a esta situación extrema si no quieren morir en las gélidas aguas lejos de su hogar y familias.

El acierto de Tajiki Kobayashi es aunar a todos los trabajadores en una sola voz. Pese a que cada uno tiene una profesión e historia personal muy diferente, convergen en un pasado de penurias y miserias en otros trabajos que les ha llevado a estar juntos en este presente del barco sin futuro y condenados a una muy posible muerte sin remedio. Además de una vida que cada día es un infierno a bordo del cangrejero. Asakawa, el patrón, rige con mano de hierro y los tiene atemorizados con castigos y amenazas severas que ninguno quiere para sí. No obstante, son cuatrocientos hombres contra unos pocos cargos de poder. Por tanto, si quieren conseguir trabajar con dignidad, deberán unirse para luchar y conquistar sus derechos, por el bien del grupo y el suyo propio, así como de los que vendrán en el futuro.

Kanikosen en el contexto actual nos recuerda la lucha de generaciones pasadas en la conquista de sus derechos laborales, no importa su desarrollo en Japón y contexto marinero, la verdadera importancia reside en su crítica certera al voraz capitalismo. Nos recuerda que en nuestro tiempo debemos seguir en la lucha y no perder lo que tanto esfuerzo costó conseguir a otros en tiempos pasados.

Sobre el autor

Takiji Kobayashi

Takiji Kobayashi nació en Odate en 1903. Después de finalizar sus estudios, obtuvo un empleo en el banco Hokkaido, una de las principales instituciones financieras japonesas. En 1926 comenzó a colaborar con el movimiento sindical y con el Partido Comunista, y participó en actividades políticas consideradas radicales, como revueltas de trabajadores y huelgas campesinas. Paralelamente, su reputación literaria fue creciendo. En 1929, la publicación de Kanikosen significó su consagración como el gran escritor del proletariado, pero el alto voltaje político de sus escritos provocaron su despido fulminante del banco. Se trasladó a Tokio y fue elegido secretario de la Asociación de Escritores japoneses.

A partir de 1930 el acoso y la persecución policial contra su persona se intensificaron, y fue encarcelado varias veces acusado de actividades subversivas. Desde 1932 tuvo que publicar con seudónimo. Delatado por un topo, el 20 de febrero de 1933 la policía lo detuvo. Takiji Kobayashi murió al día siguiente, como resultado de una brutal paliza y varias horas de torturas. Con sólo veintinueve años se convirtió en un mártir del movimiento obrero. En sus relatos, el compromiso político y el valor literario confluyen para luchar, desde la palabra, contra la injusticia social. 


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